La mayoría de las veces, hablamos sobre querer escuchar la voz de Dios, le hablamos para contarle nuestras necesidades, para pedir una respuesta y pedimos su ayuda en problemas que estamos teniendo, le decimos lo que queremos que haga, nos acercamos a Él para pedir infinidad de cosas sabiendo que lo hace y está como siempre atento a nuestras necesidades, tan fiel, dispuesto a respondernos en su infinita misericordia, porque así es, es Dios, es Todopoderoso, nuestro defensor, Él ha prometido estar con nosotros, y contamos incondicionalmente con Él, pero… ¿Te has puesto a pensar alguna vez en que también le gusta que le hables de tu amor, de tu admiración, y tus sentimientos hacia Él?, y es que muchas veces lo llegamos a pasar por alto, o damos por hecho que ya lo sabe porque todo lo ve y conoce nuestros corazones, o por enfocarnos solamente en nuestras necesidades, pero así como a nosotros nos gusta que se acerquen y nos digan: te quiero, te amo, eres especial e importante para mí, eres mi vida y tantas cosas más que nos hacen sentir especiales, aún cuando ya lo sabemos siempre el escucharlas y más de una persona que estimas o amas, siempre nos viene bien, así también hay días que le podemos dedicar unos momentos para decirle a Dios: te amo, eres lo más hermoso, eres indispensable para mí, eres lo mejor que tengo, eres mi anhelo, eres quien despierta en mí el amor; hay tantas palabras por decirle que te puedo asegurar, nos quedaríamos cortos, nos faltarían las palabras para expresar el amor y el agradecimiento a tanto que nos dá.
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